La reconocida psicoanalista y feminista de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, ofrece una conferencia abierta a todo público el jueves 19 de mayo a las 19:00 hrs. en el Auditorio Facultad de Psicología, piso -1, ubicado en Vergara 275, Santiago. Habrá traducción simultánea.

La actividad se enmarca en el coloquio Psicoanálisis y Género: perspectivas feministas y sociales, a realizarse en la Universidad Diego Portales entre los días 17 y 19 de mayo de 2016.

Junto con la conferencia pública de Juliet Mitchell, el coloquio contempla la realización de un workshop, que ha sido reprogramado por motivos de fuerza mayor para los días miércoles 18 y jueves 19 de mayo, entre las 10:30 y las 13:30 hrs., en la Sala B31, Biblioteca Nicanor Parra UDP, Vergara 324, Santiago.

Juliet Mitchell es profesora Emérita de Psicoanálisis y Estudios de Género de la Universidad de Cambridge, Inglaterra,  y de los programas de magíster y doctorado en Estudios Psicoanalíticos del University College of London (UCL). Además es miembro de la Sociedad Británica e Internacional de Psicoanálisis y Directora fundadora del Centro de Estudios de Género en la Universidad de Cambridge.

Algunas de sus publicaciones más relevantes son Woman’s estate (1971), Psychoanalysis and feminism: Freud, Reich, Laing, and women (1974), Psicoanálisis y Feminismo (1976), Women, the longest revolution (1984), Mad men and Medusas: reclaiming hysteria (2000) y Siblings: sex and violence (2003).

Entrevista

La profesora del Instituto de Humanidades, María Isabel Peña, le hizo algunas preguntas a Juliet Mitchell antes de su llegada a Chile, a modo de introducción y preparación de las actividades públicas en las que participará la destacada pensadora británica. He aquí sus respuestas:

MP: Desde la publicación de su conocido Psicoanálisis y Feminismo, hay quienes la han considerado como una psicoanalista feminista, pero recientemente usted ha insistido en señalar que es una psicoanalista y una feminista. ¿Puede aclararnos esta distinción?

JM: El psicoanálisis es un “conocimiento”; el feminismo es una política. Usted no diría que es una paciente/analizante feminista; diría que es una feminista y una paciente. El aspecto más importante de la contribución de la analista al trabajo clínico es que ella fue, y para ella misma aún es, una paciente. Es esto lo que usa en una forma difícil y entrenada para ayudarla a contribuir al conocimiento. La gente muy fácilmente olvida este aspecto crucial del trabajo.

MP: En una línea similar, y desde la publicación del citado libro, ¿cómo ha evolucionado su reflexión en torno a la relación entre el psicoanálisis y el feminismo?

JM: Ha evolucionado en dos frentes: el académico y el clínico. Los dos se mantienen básicamente distintos porque su material es diferente. Discutir un caso clínico escrito no es lo mismo que luchar junto con el paciente para entender a ese mismo paciente.

MP Una pregunta específica sobre Lacan. Aunque en Psicoanálisis y Feminismo él no es un autor central, en su prólogo a Feminine Sexuality le da valor a la lectura lacaniana del complejo freudiano de castración y considera que este complejo, en efecto, produce algo fundamental de la diferencia sexual. ¿Cuál es su opinión actual en relación al potencial subversivo del psicoanálisis lacaniano? ¿Cree aún que Lacan puede ayudarnos a reflexionar críticamente sobre los problemas contemporáneos en la lucha y teoría feminista?

JM: Lacan (no muy bien comprendido), es solo secundario a Freud en Psicoanálisis y Feminismo. Sigue siendo muy importante gracias al énfasis en el complejo de castración y por ende en la internalización del “segundo sexo”. Mi propio trabajo en curso sobre la cuestión de los hermanos y el eje social y horizontal privilegia controversialmente un complejo fundacional previo al complejo de castración, de forma que aquí yo usaría a Lacan a propósito de la psicosis, pero más a Bion, Winnicott y analistas grupales como Rene Kaes.

MP: Desde muy temprano, en su obra se puede encontrar la idea de una “ley de la madre”, opuesta a la ley paterna representada por el Complejo de Edipo, una alternativa que usted llama “complejo partenogénico” y que explica de diversas maneras a lo largo de su obra: como la inversión del complejo de castración, como la prohibición de tener un hijo individualmente, como la prohibición de matar a un hermano, etc. ¿Podría contarnos cómo esta noción ha emergido a partir de su práctica y reflexión psicoanalítica?

JM: Usemos “ley de la madre”: esta idea me llegó en primer lugar tras muchos años de luchar para entender la histeria masculina. ¿Por qué y cuál era el trauma al que siempre se apelaba para explicarla? De repente vi lo que luego llamé “el trauma del hermano”. El trabajo despegó desde ahí y todavía se desarrolla rápidamente. Todo esto pertenece al resultado del trauma del hermano: deseos de tener una relación amorosa que podría convertirse en incesto y simultáneamente deseos de deshacerse de la manera en que él nos ha reemplazado, asesinato. Estos deseos entre los niños son prohibidos por la madre. Sucede con el complejo de Edipo y con el complejo de castración en el eje vertical, pero de modo diferente en el horizontal. La prohibición del incesto y del asesinato son los fundamentos del pensamiento inconsciente humano.

MP: Sabemos que esta es la primera vez que viene a Chile y estamos profundamente honrados de que haya aceptado la invitación de la Universidad Diego Portales. Aunque Chile es un país relativamente conservador, el feminismo siempre ha estado presente en nuestra historia, incluso jugando un rol crucial en la oposición a la dictadura. Una de las demandas feministas principales, especialmente en el tiempo reciente, ha sido la despenalización del aborto. Ya en su primer libro, Woman’s Estate (1971), indica que cuando se trata del aborto, e incluso en los países con las leyes más avanzadas, las mujeres deben justificarse, justificación que usted define como “auto-denigración”. Esto está aún presente en el debate chileno, donde la perspectiva de las mujeres es en gran medida olvidada. ¿Cómo cree que las mujeres pueden encontrar una forma de escapar a esta auto-denigración?

JM: Aún argumentaría como lo hice hace 50 años: El imperativo de que las mujeres puedan elegir y recibir las mejores condiciones para esta elección, es la razón que hace de esa cuestión algo tan serio. Un aborto es un asunto profundamente serio, una decisión con respecto a la cual no podemos permitir que la oposición crea que son ellos quienes están tomando la vida seriamente. Aquellos que desean que las mujeres decidan son los que saben hasta dónde llega la seriedad de esa decisión.

MP: Manteniéndonos todavía en el contexto chileno: además de los movimientos feministas históricos, recientemente hay movimientos de disidencia sexual que promueven la superación de la mujer como sujeto del feminismo. Este cambio viene de la introducción de discursos de género y queer posfeministas. ¿Qué opina usted de los cambios producidos en la discusión feminista tras la introducción de la teoría de género? ¿Cuál es su posición con respecto a movimientos queer y posfeministas?

JM: Esta no es una pregunta con respecto a la cual pueda haber una sola opinión. ¡Me alegra que pronto vayamos a poder discutirla todos juntos!

Entrevista: María Isabel Peña Aguado; colaboración y traducción: Rodrigo Farías

Invitan y organizan:
Instituto de Humanidades. Universidad Diego Portales
Doctorado en Psicología, Facultad de Psicología Universidad Diego Portales

Patrocina:
Proyecto FONDECYT Nº1150041