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Nicolás Trujillo acaba de publicar dos nuevas traducciones propias que incluyen un breve comentario sobre el contexto y el sentido de cada texto: se trata de Anotaciones sobre la planta originaria, de J. W. von Goethe (Santiago: Cuadro de Tiza, 2019) y La forma del concepto en el pensamiento mítico, de Ernst Cassirer (Santiago: Editorial Bastante, 2019).
Las traducciones forman parte de su trabajo como investigador en el programa de Doctorado en Filosofía y, según comenta, tienen como objetivo llevar a cabo un proyecto de divulgación humanista: “La idea surgió a propósito del desarrollo de editoriales independientes chilenas que lograron abrir y consolidar un espacio muy dinámico, con autores de diversas generaciones que trabajan desde distintos géneros y temas, y que la misma academia no estaba proporcionando. Gracias a colaboraciones con estas editoriales he podido presentar textos que, sin estos espacios, difícilmente circularían en el medio local”.
Trujillo ya había traducido y prologado el libro Una laboriosa curiosidad. Dos conferencias sobre Aby Warburg (Viña del Mar: Catálogo Ediciones, 2015). En el caso de Anotaciones sobre la planta originaria, de Goethe, se trata de una plaquette que reúne tres textos en los que el autor alemán reflexiona sobre la observación científica y la dimensión creativa de la experimentación. Incluye dos cartas que testimonian el origen de estas reflexiones, a partir de la comparación entre la creación artística y la observación de la naturaleza, y el ensayo “El experimento como mediador entre sujeto y objeto”, escrito originalmente en 1792 y publicado en 1823, que representa para Trujillo “la comprensión más acabada sobre la dimensión creativa y el rol epistémico de la experimentación en ciencia”.
En su comentario, Trujillo sostiene que “el interés científico de Goethe proviene de sus preguntas sobre la creación poética. Como atestiguan ambas cartas, la idea de un acto espontáneo, capaz de comprender la naturaleza de las cosas, lo maravilla y angustia a la vez. Pues si bien el arte y la poesía revelan la intimidad y los efectos de la observación creativa, no enseñan el modo como esta produce conocimiento. Con el ensayo, Goethe aterriza esta inquietud en una reflexión sobre el modo humano de conocer el mundo y sus objetos, e insiste en distinguir lo artístico de lo científico, aunque desde una perspectiva nueva. No los distingue ya su naturaleza creativa, sino su modo de proceder”.
Por su parte, el libro La forma del concepto en el pensamiento mítico de Ernst Cassirer presenta una nueva traducción del primer texto que Cassirer realizó cuando llegó a la Biblioteca Warburg, en 1920. Se trata de un ensayo sobre el modo como se construyen conceptos en diversas formas de pensamiento mítico. “Analizando culturas aborígenes australianas y americanas, y también la astrología renacentista, Cassirer quiere mostrar que el mito es portador de una racionalidad paralela a la racionalidad científica, que no difiere en su estructura, sino en el modo como operan ciertos principios y categorías”, explica Trujillo. Además, el traductor subraya que se trata de “un valioso testimonio del encuentro intelectual entre dos escuelas de pensamiento que eran relevantes a principios de siglo: la escuela neokantiana de Marburgo, donde Cassirer aprendió y desarrolló el idealismo crítico, y la escuela de Warburg, donde Cassirer pudo aplicar y ampliar este método a diversas formas de pensamiento. Por esta razón, este texto es considerado como un antecedente de la filosofía de las formas simbólicas”.
En la introducción al volumen, el doctorando desarrolla en detalle esta interpretación: “No hay duda de que la historia del arte de Aby Warburg contribuyó al diseño de la filosofía de las formas simbólicas. Determinar con precisión el alcance de esta influencia, empero, requiere de un ojo quirúrgico. En principio, el eclecticismo teórico de Warburg destella tal multiplicidad de fuentes y referencias filosóficas y científicas, que sus conceptos traman hilos indelebles pero fugaces entre diversas tradiciones (…) Espero que mi traducción facilite y estimule el acceso a un grupo amplio de lectores tanto la filosofía trascendental de Ernst Cassirer como la olvidada ciencia del arte, practicada –entre tantos otros, pero de modo ejemplar– por Aby Warburg”.