Nicolás Ried y Fernando Quintana

Un interés común en los estudiantes que postulan desde sus distintas disciplinas de pregrado al Magíster en Pensamiento Contemporáneo: Filosofía y Pensamiento Político, es encontrar un espacio donde fortalecer su formación teórica, mediante herramientas filosóficas que apoyan las investigaciones y reflexiones críticas que cada uno busca llevar a cabo en su área, ya sea en el ámbito académico o en la práctica política o profesional.

La admisión regular está abierta hasta el 1 de marzo de 2020. Y gracias a que el programa ha sido acreditado por tercera vez consecutiva, por un periodo de cinco años (hasta abril de 2024), quienes postulan pueden hacerlo también a las becas estatales de manutención y arancel que ofrece Conicyt. Pero además existen becas de excelencia que ofrece el mismo Instituto, que pueden cubrir hasta un 80% del arancel del programa. El plazo de postulación actual es hasta el 20 de diciembre de 2019 (más detalles aquí).

Conversamos con dos estudiantes que obtuvieron en forma parcial dicho beneficio e ingresaron al Magíster en 2019: les preguntamos acerca de sus motivaciones, los autores y temas en los que les interesa profundizar y si han encontrado la flexibilidad suficiente para abordar sus diferentes preocupaciones.

Nicolás Ried

Nicolás Ried, abogado de la Universidad de Chile y Diplomado en Conceptos de lo Político en el Centro de Análisis e Investigación Política (CAIP), dice que una de las cualidades que valora del Magíster es que este “no tiene un tema o asunto central, sino que más bien una forma de trabajo o un modo de producción que permite abordar de manera rigurosa e informada cualquier problema. En ese sentido es que yo he podido trabajar en problemas que van desde lo más duro de la filosofía del derecho, a cuestiones centrales de la filosofía política; desde las discusiones metafísicas del siglo XVIII hasta los problemas acerca de teoría del cine que me interesan. En definitiva, el programa no entrega respuestas ante problemas filosóficos, sino que configura espacios de discusión abiertos, donde sus participantes los abren como quieran, sin fines preestablecidos por la institución”.

Fernando Quintana también egresó de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y coincide en que el Magíster posee flexibilidad para acoger distintas líneas de trabajo, basadas en la reflexión rigurosa: “Me interesó de inmediato por su carácter interdisciplinario, por los contenidos de la malla y, por sobre todas las demás razones, por la fuerte orientación hacia el pensamiento crítico que el programa mostraba”.

Quintana agrega que, según ha visto hasta ahora, “los profesores tienen una muy buena disposición a apoyar a los alumnos a desarrollar sus temas de investigación. Claramente cada profesor tiene sus propias preferencias filosóficas muy marcadas, pero al mismo tiempo adoptan una perspectiva de orientación, apoyo y crítica, lo cual es muy enriquecedor para fortalecer las ideas propias para la investigación. Por otro lado, además de los profesores, una de las cosas que destaco del programa es la diversidad de orientaciones e intereses entre los alumnos. La amplia gama de carreras de pregrado de la cual provienen los compañeros del magíster le da un carácter bien dinámico a las clases, donde además de los profesores, el intercambio de ideas entre pares sirve mucho para desarrollar el conocimiento filosófico”.

Nicolás Ried coincide en su apreciación del cuerpo académico: “Los profesores y profesoras del programa son personas sumamente generosas, algo que se evidencia en cómo abordan las sesiones de cada seminario, donde exponen los temas y problemas que a ellos les interesan de modo tal que cualquier estudiante puede interrumpirlos y contrastar con sus ideas propias. Dicha generosidad también se evidencia en los talleres y seminarios permanentes de carácter extraprogramático que hay, siempre pensados para contener los ánimos y energías de reflexión y crítica que tienen aquellos que participamos como estudiantes del magíster”.

Fernando Quintana

En cuanto a la flexibilidad para abordar filosóficamente temas de distintas disciplinas, los estudiantes opinan que es una característica importante del programa. Fernando Quintana destaca la diversidad de la malla y las metodologías de evaluación: “El magíster tiene la gracia de que cada ramo aborda contenidos muy diferentes entre sí. Así, he podido abrirme a distintas temáticas que de otra forma no hubiera podido conocer. Yo entré con algunos temas que me interesaban de antes, en particular temas relativos a la filosofía del derecho y la filosofía de la historia. Si bien estos siguen siendo mi campo de interés, he podido descubrir otros ángulos desde los cuales abordar esos temas, con lo cual siento que he enriquecido mis perspectivas de investigación. Además, el hecho de que las evaluaciones de los ramos no consistan en pruebas, sino en ensayos con temáticas libres –aunque relacionadas al tema de cada curso–, me ha permitido conectar mis disciplinas con las perspectivas propuestas por cada profesor”.

Nicolás Ried, en tanto, declara que la tradición que le interesa trabajar es la que tiene por figura central a Michel Foucault y que desemboca en autoras como Judith Butler, Paul B. Preciado y Jacques Rancière. “Pero lo que realmente me interesa, más que cultivar una tradición o trabajar en un autor, es utilizar los argumentos desarrollados en el marco de un debate que se preocupa del modo en que lo político determina no sólo la forma de los gobiernos y los límites de nuestras democracias, sino que también establece los límites epistémicos del arte, el lenguaje y la cultura. Teniendo eso en cuenta, en cada curso del que he participado he podido exponer mis inquietudes y contrastar los asuntos principales del seminario con mis preguntas, que muchas veces no son preguntas de trabajo, sino inquietudes de carácter personal y político”.

De esta manera, Ried, quien también se desempeña como crítico de cine y ha investigado la relación de este con el comunismo, afirma que sus distintas líneas de investigación “se reúnen sin problemas en el programa. La filosofía política y los debates sobre estética son contenidos muy bien acogidos en el Magíster, algo de lo que me había informado de antemano, pero que he podido confirmar con creces respecto de lo que esperaba. Así es como he podido enfocar los cursos que he tomado para abrir más mis intereses en relación con el pensamiento crítico, como también he podido afinar algunos argumentos centrales en torno al problema que estoy trabajando, que es la noción de crítica en la obra de Foucault. En este sentido, tener cursos rigurosos sobre Kant, Heidegger y Benjamin, me ha servido para poder situar de manera más precisa mi trabajo, como también robustecerlo conociendo algunas discusiones centrales del pensamiento del siglo XX que no había tenido la oportunidad de discutir y debatir tan libremente como en el programa”.

Otros testimonios de estudiantes del Magíster en Pensamiento Contemporáneo: Filosofía y Pensamiento Político, aquí.